SAN SEBASTIAN Y LOS MORRACHES DE MALPICA
VIII FIESTA DEL OLIVO EN MORA
El Origen de La Fiesta del Olivo en Mora, pueblo de la provincia de Toledo es tan antigua que el año de su inicio es difuso. Es una celebración anual cuyo fin es premiar con una merienda o banquete a todos los que han intervenido en la recogida del fruto del olivo, lo que aquí siempre hemos llamado “la varea”. Cada propietario de fincas de olivos tenía su cuadrilla de personas que se dedicaban durante un tiempo a la “varea” y el final lo celebraban con “El Alboroque”, evento que ya expuse en esta página el día 27 de enero 2021. El final de “la varea” en Mora como en otros pueblos, las cuadrillas engalanaban carros y carrozas y todos los medios de transporte que habían utilizado para llevar la aceituna a la almazara durante la campaña de recogida de aceitunas y salían a las calles amenizando sus recorridos con música y bailes donde participaba todo el pueblo.
De esa celebración viene que el 23 de marzo de 1957 tuvo lugar oficialmente la primera Fiesta del Olivo con la unión de todas las cuadrillas, en la que se llevó a cabo un desfile de carros y carrozas tal como se venía haciendo todos los años. Paulatinamente, la fiesta fue extendiéndose y alcanzando fama a nivel provincial y nacional, lo que originó que se declarase de Interés Turístico por el Ministerio de Información y Turismo.
Son numerosas las actividades culturales que han ido surgiendo alrededor de dicha fiesta, como los Certámenes Nacionales de Pintura y Poesía, concurso de fotografía, el concurso de Aceites y poda de olivo o los certámenes escolares literario y plástica.
Es célebre el desfile-concurso de carros y carrozas engalanados con motivos propios de todo lo relacionado con el cultivo del olivo. Asimismo, es protagonista del desfile la presencia de la Reina de las fiestas con sus nueve damas infantiles y sus nueve damas mayores.
Un año, 1964, Malpica fue invitada para participar en el desfile de carrozas del día 27 de abril de aquel año. Fue a la VIII Fiesta del Olivo de Mora con una representación de lo más significativo que nuestro pueblo tenía por entonces. ¿Qué podíamos aportar de Malpica a ese evento que fuera lo más típico e importante? Tan solo, una parte o representación de la fiesta de San Sebastián junto con “Los Morraches” de trajes de vivos colores y caretas, con su clásico trote lento haciendo sonar los cencerros y amagando con una porra al Santo. La puesta en escena de los enmascarados Morraches impresionó al público que llenaba ambos lados de las calles para ver aquella parada de carros, carrozas y danzarines de distintos pueblos participantes. Esta simbiosis de fiesta cristiana y pagana era poco conocida en otras latitudes y muchos no entendían bien la presencia de los Morraches y menos la agresividad que mostraban de querer dar con una porra a la figura de San Sebastián. Hubo ensayos previos del desfile en la plaza de la Constitución de Malpica porque había que ir preparados y debíamos quedar bien.
La comitiva malpiqueña que participó en el desfile “moracho” estaba compuesta por 8 Morraches que vemos en la fotografía, de pie y de izquierda a derecha: Francisco Corral, Tomás Morales y Santiago Sánchez Baltasar. Sentados de izda. a derecha: Pedro Cisneros “el tío Periquillo”, apenas se le ve, está detrás de un Morrache que no recuerdo quien es, más a la derecha están: Santiago Cruz, Antonio Moyano “Carita” y Pepe Villegas “Chinea”.
Fueron también cinco mujeres, todas iban muy guapas, cuatro de ellas ataviadas con el traje típico: de pie y de izda. a derecha: Prado Sánchez Román, Magdalena Guío, Tory Martín Santos. Sentadas : Erundina Soto y a su derecha Clara Mata, maestra de ceremonias y responsable de la comitiva.
Los cuatro mozalbetes que llevaban las andas del Santo, de pie está Cleo Rivera, con su eterna sonrisa. Sentados de izda. a derecha: Manolo Palomo, Evaristo Higueruela y Guillermo Rojas.
El portador del estandarte del Santo fue Rafael Mora, situado a la izda. de la fotografía.
Como veis se trataba de un grupo de personas muy jóvenes junto con el “tío Periquillo” de mucha más edad, llenos de ilusión en aquellos años que participamos orgullosos representando a nuestro pueblo con lo mejor que teníamos. Creo que, llevamos por primera vez nuestra tradición lejos de Malpica como los otros pueblos cuyas fiestas en la actualidad están catalogadas como Bien de Interés Cultural.
El tío Periquillo hizo de las suyas durante el desfile, persiguiendo a quienes huían asustados de ver a unos enmascarados morraches. A un feriante le asustó tanto que desapareció de la escena. Este morrache, ya mayor, no llevaba careta, no sé qué cara le pondría para que el otro saliera corriendo y no se le viera más el pelo.
El desfile terminó en la plaza de Toros, donde los grupos de danza actuaban con los bailes más típicos de sus respectivos pueblos. Fue una tarde muy calurosa y sofocante, podéis ver en la foto el semblante de cada uno, todos serios menos Cleo, siempre sonriente. Las fotografías de antes eran así, nadie sonreía.
Una vez concluidas las actuaciones de los distintos grupos nos encaminamos al Ayuntamiento, una preciosidad de edificio de estilo neomudéjar, donde hubo un pequeño refresco junto con una muestra del concurso de pinturas, fotografía y trabajos artesanales que competían por llevarse un galardón.
Esta podría haber sido la crónica de aquel caluroso y divertido día que se cuenta 57 años después.
EHdelaR 27 de abril 2021