Según la sociedad feudal iba evolucionando, aumentaban los conflictos y los pleitos entre los pueblos y los Señores de Valdepusa. Los pobladores se negaban a pagar los tributos, alegando que los Señores no respetaban las condiciones fijadas en las Cartas Pueblas. Y los Señores tuvieron que dar un paso más: las llamadas CONCORDIAS, pactadas con los pueblos. Ya no eran, como las Cartas, condiciones otorgadas por el Señor Feudal, sino cláusulas acordadas con los pueblos.

LA CONCORDIA DE 1563: Francisco Barroso de Ribera, octavo Señor de Valdepusa, “Teniendo discordias y pleitos con los pueblos ajustó una concordia en 1563", escribe Fermín Caballero, dejando claro que el objetivo era solucionar los conflictos existentes.

Pero Caballero opina que esa Concordia de 1563 no solucionó nada, pues mezclaba y confundía derechos y servidumbres "formando el germen de la discordia que se quería evitar" y que "los sucesores de D. Francisco no tardaron en conocer la conveniencia de su olvido e inobservancia.” O sea, que los propios Señores decidieron no respetar esa Concordia, como parece que ya había ocurrido con las Cartas Pueblas.

LA CONCORDIA DE 1827: Fermín Caballero vino a Valdepusa en 1824 para mediar en una nueva Concordia que pusiera fin a los constantes conflictos con los pueblos. Y en medio de esa compleja tarea, escribió obras que son la mejor fuente de información histórica de que disponemos sobre Malpica y su zona.

Caballero describe así la tensa situación social que encontró: “veo inquietudes, gestos, atropellos, insultos, en las personas que representan a VE (…) y una guerra abierta entre la Casa y los pueblos”. Y describe “El estado de animosidad y resistencia en que se hallan los agentes y directores de estos pueblos", que son de "genio díscolo y emprendedor" y que están "acostumbrados a no pagar hace quince años y a disputar a VE sus más justos e inmemoriales derechos"; por lo que Caballero recomienda "tratarlos con cierto pulso y no exasperarlos".

Finalmente, el 26 de junio de 1827 se firmó la nueva CONCORDIA entre los pueblos y el marquesado, aprobada por Fernando VII el 10 de diciembre de ese mismo año. En ella, ambas partes hacían concesiones sobre los asuntos en disputa. Las principales:

-El marquesado renunciaba a reclamar las deudas no pagadas por los pueblos, así como a los tributos del "terrazgo del pan" y de "la gallina". Y reconocía el derecho de los vecinos a transitar con sus ganados para abrevar en el río.

-Los pueblos, por su parte, renunciaban a sus discutidos derechos sobre la bellota, la madera para los aperos de labor, los pastos de yerbas y los pastos de invierno.

El acuerdo seguía la propuesta de Caballero (foto) que se sentía muy satisfecho de haber logrado su objetivo. Y escribió que de ese éxito "se envanecerá siempre, ya por los inmensos obstáculos que tuvo que vencer a fuerza de ingenio, ya por haber hecho triunfar en el hervor del absolutismo principios racionales y fructíferos para el bien de la generalidad."

Hay que recordar que esas CONCORDIAS afectaban a San Martín, Navalmoral y Santa Ana, pero siempre dejaban fuera a Malpica, como propiedad directa del Señor, sin autonomía municipal (ver: ehttps://www.malpicadetajo.es/index.php?option=com_content&view=article&id=313:malpica-en-1825-tribu-errante&catid=90&Itemid=895n-1825-tribu-errante&catid=90:historia-francisco-corral ).

Paco Corral                                                                                                                                            5/5/2022