Fue Félix Erustes quien nos facilitó el dato. Gran conocedor de las cosas del pueblo y promotor de actividades e iniciativas (precisamente desde la asociación “El Peñón”) había percibido la existencia de grandes piedras rectangulares en el lecho del río.

Un día recorrimos esa zona junto al Peñón, con él y con Ángel Corral; y comprobamos que, efectivamente, se notaba la existencia de esas piedras. Aunque la profundidad no es mucha, la suciedad del agua no permitía observarlas y solo se podían sentir con los pies.

Hace pocos días, aprovechando que el río estaba muy bajo, y con la ayuda técnica de mi hijo, pude tomar imágenes aéreas a baja altura, en las que se constata claramente la existencia de esas grandes piedras y su disposición real.

CONCLUSIONES PROVISIONALES:

-          No se trata de piedras normales del lecho de un río, sino de restos de alguna construcción: piedras cortadas, con ángulos vivos y con formas cuadradas y rectangulares.

-          Son bastante grandes; sillares o losas de más un metro de longitud muchas de ellas.

-          Parecen estar organizadas en torno a dos líneas paralelas, una de ellas bastante clara y la otra un poco menos definida. Y algunas otras piedras sueltas en el entorno.

-          Esas dos aparentes estructuras, o líneas paralelas, comienzan justo a la altura del actual peñón y continúan río abajo durante unos 15 metros.

CONJETURAS:

No se conoce documentación histórica que nos aclare el origen del Peñón. El único testimonio antiguo, el de Fermín Caballero en 1825, supone que puedan ser restos de un puente o de un molino; que son las dos conjeturas lógicas cuando se encuentran ruinas en el cauce de un río. Y deja claro que carece de referencias más concretas: “puede ser del puente o batán que dicen hubo en lo antiguo”. https://www.malpicadetajo.es/index.php?option=com_content&view=article&id=325:el-penon&catid=90&Itemid=895

Las dos líneas paralelas de sillares o losas, ahora visibles, parecerían indicar (como ya había sugerido Félix) una especie de canal entre ellas, que podría servir para encauzar la corriente hacia un molino, batán o noria, que es una de las hipótesis de Caballero. Aunque la distancia a la orilla parece excesiva para un canal, siempre es posible que el cauce del rio haya cambiado bastante con el paso de los siglos.

La otra conjetura de Caballero, un antiguo puente, es tentadora. Pero resulta difícil por varios motivos: el sitio no parece el más adecuado para construir un puente; la disposición de las piedras ahora visibles no sugiere restos de un puente; y, sobre todo, porque, de haber existido un antiguo puente sobre el Tajo, es casi imposible que no hubiera quedado algún tipo de testimonio documental o de referencia concreta.

En fin… otra incógnita de nuestra historia para seguir aportando datos y buscando respuestas.

Paco Corral                                                                                                                                                       27/6/2022