LA PICARESCA   EN   MALPICA

La picaresca es un tema interesante en el ámbito de las relaciones sociales y costumbres en España. La picaresca se refiere a una forma de ingenio y astucia que se manifiesta en las conductas de algunas personas para enfrentar y sortear situaciones adversas, especialmente en términos económicos y sociales. En Malpica también se han dado casos de pícaros que se han aprovechado de otros para beneficiarse, siendo esta una costumbre muy extendida, reflejada en la tradición que tiene sus raíces en la literatura española del siglo XVI y XVII, con obras destacadas como "Lazarillo de Tormes".

    Si conocéis esta magnífica obra anónima, recordareis las andanzas del lazarillo y el ciego en su viaje de   Salamanca a Toledo, asimismo encontrareis situaciones similares en "El Buscón" de Quevedo. En ambas obras literarias retratan las vivencias de personajes pícaros, generalmente de origen humilde que se ven obligados a recurrir a la astucia y a la habilidad para sobrevivir en un entorno hostil y marginal. A continuación, os cuento un caso de picaresca ocurrido en Malpica.

  Tres amigos deciden ir a Talavera y antes de salir, quedaron en cierto bar regentado por la señora Venancia para tomar café y una copa de “sol y sombra”, como de costumbre. Mientras Venancia ponía el café, uno de los parroquianos, Miguel, para pagar puso en el mostrador un billete de 500 pesetas, de tal forma que la señora lo vio y al darse la vuelta para servir las copas de “Sol y sombra”, el billete fue retirado y guardado por el parroquiano.  Éste mismo, a la hora de marcharse reclamó la vuelta del billete de 500 pesetas que momentos antes había dejado sobre el mostrador. Venancia ya no recordaba si había cogido el billete y dónde lo había puesto, y muy a regañadientes le devolvió el dinero sobrante requerido por el pagador. Estos se fueron a Talavera que estaba en feria y cuando venían de vuelta acordaron hacer una visita al bar de Venancia. Ya tenían urdido otro plan para sacarle gratis otra consumición.

   De nuevo en el bar, Miguel dijo << Mira venimos de Talavera y queremos que nos invites a unos chatos de vino y unas tajadas de esos conejos tan bien guisados que tienes, y a cambio te voy a hacer un buen regalo>>. Venancia un poco remolona aceptó y cuando puso los vinos oye que le dicen << Venimos de Talavera y he cobrado una lotería que me ha tocado, me acordé de ti y te voy a regalar 500 pesetas porque te portas muy bien con nosotros cada vez que venimos>>. La señora no quería de ninguna manera cogerlo, al final lo aceptó y se puso tan contenta con ese dinero extra. Naturalmente de ahí había que descontar lo que habían tomado por la mañana más los chatos de vino y el conejo. Aquí el pícaro arrepentido fue generoso devolviendo con creces el producto de su engaño, a una Venancia despistada y de poca memoria que sintióse halagada con el regalo que le hicieron. Todos se fueron a sus casas tan contentos y Venancia siguió con su rutina atendiendo a su clientela.

   La línea entre la picaresca inocente y la falta de ética puede ser difusa, y es necesario evaluar cada situación de manera individual. En ocasiones, puede implicar comportamientos fraudulentos o deshonestos que perjudican a otros. Es importante tener en cuenta el contexto y los límites éticos al emplear la picaresca, para evitar caer en prácticas fraudulentas o deshonestas. Hay que cuidarse de los picaros desconocidos, en cualquier momento pueden actuar.

El relato coincide con la realidad, NO así los nombres que son ficticios. Esto pasó en Malpica contado por uno de los protagonistas.

EHdelaR     13  julio  2023