Siguiendo la pista de Hornaguera Baja, no lejos del límite con Hornaguera Alta y a poco menos de 1 km. del Canal, se encuentra la “cruz del torero”.
Es una hermosa cruz de granito estilo celta, de más de un metro de altura y colocada sobre un pedestal. Está situada en un punto privilegiado del paisaje dominando, al borde mismo de la barrera, el amplio horizonte del valle del Pusa. En el crucero tiene grabado un nombre y debajo una fecha, ya apenas legibles por el deterioro del paso del tiempo.
Ese sencillo monumento/homenaje funerario recuerda un trágico accidente laboral que en ese lugar segó la vida de un joven del pueblo hace más de 70 años. Se llamaba Cándido Villasevil González, de la familia conocida como “los toreros”. En septiembre de 1948 cayó y fue atropellado por el camión con el que trabajaba en la ampliación de los caminos agrícolas.
Tenía 21 años y fue enterrado en el cementerio, cerca del paseo central de la zona antigua, donde también reposan con él sus padres, que fallecieron años más tarde. La cruz rememora el lugar donde falleció.
Este legado material de la historia reciente del pueblo es bien conocido por muchas personas mayores; pero no así entre las generaciones más jóvenes.
Paco Corral (17/10/2020)