La vía pecuaria más importante que atravesaba la Dehesa (aparte de otras vías menores, o “cordeles”) era la llamada “Cañada de las Merinas”. En el mapa de 1825 he marcado en rojo su trayecto aproximado. Fermín Caballero la describía así: “…por la que pasan los ganados trashumantes desde la Tierra de Montalbán a la Jara de Talavera. Atraviesa y toca en los quintos de Corral de Vacas, Coronillas, Mancho, Montón de Tierra, Castillo, Solana y Capilla del Fraile”.
El tradicional derecho de paso para el ganado, fue siempre una fuente de conflictos. Y los intereses de los ganaderos trashumantes y los del Señorío colisionaron con frecuencia. El 8 de mayo de 1417 el Consejo de la Mesta (la poderosa patronal ganadera) renunciaba en Valladolid a su jurisdicción en la Dehesa, a favor de D. Per Afán de Ribera (2º Señor de Valdepusa), bajo el acuerdo de construir un puente en Malpica para facilitar el paso de personas y rebaños.
Treinta años más tarde, en 1447, Payo de Ribera (3er. Señor de Valdepusa) firma con la Mesta un contrato sobre las condiciones específicas bajo las que había de hacerse el puente de Malpica. El acuerdo no se cumplió; y en 1455 y 1456 nuevas cartas entre Don Payo y la Mesta renuevan el compromiso de construir el puente en Malpica.
El renovado acuerdo tampoco se cumplió. Y en 1530 se firma un nuevo convenio con la Mesta para edificar el puente de Malpica.
A pesar de tan reiterados compromisos a lo largo de más de un siglo, aquel puente nunca llegó a construirse. Una causa de ese incumplimiento (según Fermín Caballero) es que los Señores evitaron entrar en competencia con la Reina, propietaria del puente de La Puebla de Montalbán, “con el consiguiente enriquecimiento de La Puebla con respecto a Malpica” anota Arsenio Talavera.
Lo cierto es que el proyecto de puente por Malpica durmió durante casi cinco siglos. Pues solo se construyó ya a las puertas del S. XX (1893), y lo hizo el Ministerio de Obras Públicas. Ver: https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=1283088772036285&id=100010055224371
Los pleitos, por su parte, tuvieron su punto álgido en 1669. Afirma Caballero que ese año “se pone en Administración el Estado de Malpica ínterin se seguía el pleito de Tenuta”. Es decir, que la administración del marquesado se pone bajo control judicial, en tanto se resolvían los juicios en curso (se llamaba pleito “de Tenuta” al que afectaba a la titularidad de los bienes de un mayorazgo).
Aquella larga historia de litigios y de acuerdos incumplidos acabó finalmente en 1734, cuando “se gana sentencia a la Mesta sobre libertad de la Dehesa de Pusa”. Para entonces, la ganadería trashumante ya había perdido peso económico, y la Mesta mucho de su poder.
Paco Corral (26/10/2020)