El magnífico libro “MASCARADAS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA” de Óscar J. González es un impresionante trabajo de documentación de 856 páginas que recoge un total de 357 “mascaradas”.
Entre ellas, nuestros Morraches de Malpica.
Las MASCARADAS DE INVIERNO proceden de ritos ancestrales con origen común en antiquísimos festejos populares de origen celta. Luego se asimilaron a festividades de la religión romana, especialmente las Lupercales y las Januarias. En muchos casos recibieron el nombre de "Botargas".
Posteriormente han ido evolucionando cada una conforme a su propia historia. Con frecuencia se acabaron asimilando a festividades cristianas (por ejemplo, nuestros Morraches de Malpica) lo que favoreció que se mantengan hasta hoy.
Al tener un mismo origen en ancestrales tradiciones, todas la MASCARADAS DE INVIERNO mantienen bastantes rasgos comunes. Algunos de ellos son:
-Se realizan a finales de diciembre o durante el mes de enero, y pocas veces más allá de la festividad de San Blas, 3 de febrero.
- Los protagonistas centrales son personajes enmascarados, muchas veces con referencias animales, que son esenciales a la fiesta.
- Visten trajes llamativos, coloridos y pintorescos de aspecto extravagante.
- Utilizan cencerros o similares, que aportan ruidos y estruendo, desorden y caos, además de referencias al mundo animal y ganadero.
- Utilizan elementos fustigadores (cachiporras, látigos, vejigas, etc.) para amenazar fingidamente a los asistentes a la fiesta, como elemento festivo de burla.
En tanto tradición popular, Los Morraches son una manifestación particular en el conjunto de esas MASCARADAS DE INVIERNO que se conservan en diversos lugares de España, e incluso en algunos pueblos de Portugal y del sur de Francia.
Paco Corral (23/1/2022)