Como ya se ha dicho, la tradición de los Morraches existió también en otros pueblos; y en todos fue desapareciendo. Solo en Malpica se mantiene hasta hoy. Testimonios sobre Morraches en San Martín, en Carpio y en Parrillas ya se expusieron en entradas anteriores.

EN NAVAHERMOSA: Sabemos que también allí existieron Morraches por el artículo de Ventura Leblic "San Sebastián y los moharraches de Navahermosa", publicado en la revista "Estudios Monteños" en 2018. Es un trabajo excelente y muy bien documentado, con bastantes datos de interés:

El documento básico es el expediente sobre un crimen sucedido el año 1742; una causa abierta por el Juzgado de los Montes contra José López Montero, acusado de la muerte de Manuel de la Iglesia la noche de la víspera de San Sebastián.

Declaran varios testigos y "todos eran jóvenes puesto que la fiesta la protagonizaban ellos"; "los casados manifiestan haberse retirado a sus casas a dormir y solo quedaban los solteros que iban disfrazados, haciendo ruido con los cencerros que llevaban colgados del cinturón". "Portaban espadas, palos, y «asadores o las armas que cada uno tiene», que arrastraban por el suelo y frotaban en las paredes de las casas infundiendo temor y miedo a las mujeres que cerraban las puertas de sus casas y solo se atrevían a asomarse por las ventas altas"

"En todos los documentos se los menciona como «moharraches», declarando que corrían por el pueblo «sin orden ni regla alguna», llenando las calles y barrios dando saltos, gritando «como aullando» y alborotando". Luego acudían a la casa de los «moyordomos del santo» quienes les ofrecían algún refresco con queso. Y por la noche "se celebraba una pólvora junto a la iglesia a la que asistían los moharraches".

Según las declaraciones, la muerte del joven Manuel de la Iglesia se produjo de forma inesperada, pues "Manuel en medio del bullicio se sintió mal y pidió a sus acompañantes que le llevaran a su casa", pero "al llegar a la cocina vieron como sangraba abundantemente por «el vientre izquierdo» y salieron a dar cuenta inmediata a la justicia y al médico". Su muerte fue «tan rápida que no pudo declarar cosa alguna, ni siquiera apretar la mano de un confesor». Una estocada en el costado izquierdo le había atravesado el vientre, según el médico.

La consecuencia final, pasado el juico, fue la orden de supresión de los Morraches en Navahermosa, dada por el Fiel del Juzgado de los Montes ese mismo año 1742.

Es destacable que el expediente judicial califica esa tradición de «anticualla», lo cual confirma que ya entonces (mediados del S. XVIII) se tenía a los Morraches por una costumbre de gran antigüedad.  Y explican su vinculación con San Sebastián porque le consideran protector frente a la «aflición de la peste y males contagiosos que han padecido algunas ciudades, villa y lugares»

Y añade Leblic una acertada observación: "Por tanto los moharraches es una fiesta tradicional que la podemos considerar e incluir dentro de una forma de religiosidad popular en origen, dentro del ciclo festivo de invierno, extendida y promovida, como otras, por una repetición inmemorial, en la que se da protagonismo al pueblo para su organización. Quizá tuvo su origen en alguna fiesta pagana, con el fin de ahuyentar al mal y solicitar ayuda divina, en este caso ya cristianizada, por intercesión de San Sebastián, para proteger al pueblo de los terribles males que pudieran acecharles."

Paco Corral                                                                                                                                (24/01/2022)