LAS CASAS DE MALPICA.-Todos sabemos lo que es una casa y para qué sirve; conocemos las de ahora y ¿las de antes? Desde la prehistoria el hombre fue progresando y con el tiempo se dio cuenta de que necesitaba una “casa” para vivir y en todas las Épocas o Eras ha sido construida con diferentes formas y materiales, apoyándose lentamente en los conocimientos adquiridos sobre la rudimentaria práctica constructiva; vivir bajo las plantas, piedras enormes (dólmenes), o cuevas donde moraban hasta donde llegaba la luz solar. El troglodita hacía las divisiones de su espacio dentro de la caverna creando círculos con las arrancadas estalactitas; fueron después las mismas divisiones entre las cuatro paredes de las primeras casas utilizando otros materiales. Ante la falta de medios y dinero para obtener los materiales que necesitaban para la construcción extraían los que tenían más cercanos, como: árboles, piedra, arcilla… así podemos observar las casas más antiguas en distintos pueblos, que están construidas con los materiales que tienen en la zona. De algún modo la calidad de los materiales empleados sirve para clasificar la categoría de las casas. De cómo construían las paredes de Malpica ya lo expuse el 01 de oct. 2020, cuyo artículo es TAPIALES: TAPIAS DE TIERRA DE MALPICA
El tipo de suelo que tenemos en Malpica es de aluvión, de las grandes crecidas del milenario río Tajo, originando terrazas fluviales con los materiales arrastrados por el agua; piedra o canto rodado de todos los tamaños, arena, tierra. Estos, junto con las ramas más derechas de los árboles y cañas son los que se han empleado en la construcción de las casas. Algunos de ellos son mezclados con otros que a falta de cemento se ha empleado mucho la cal sacada por cocción de la piedra que conocemos como tosca, de la que abunda en esta tierra. Hay caseríos diseminados por el campo como son “las labranzas”, construidos con los mismos materiales. Las casas de los vasallos son llanas, de tapias y algunos de piedra tosca, ladrillo y cal, los techos de madera de pino, están tejadas. Los materiales son de esta villa menos la madera de pino que la traen de La Vera de Plasencia, adquirida en los mercados de Talavera.
Malpica ha tenido las típicas casonas, aún se ven algunos vestigios en fachadas, al toledano estilo de ladrillos neomudéjares y cajones de mampuesto de piedra de canto rodado, con generoso balconaje y crucíferas rejas artísticas de ventanas. Hoy las calles han dejado de ser terrizas y empedradas con el duro guijarro cuarcitoso para convertirse en cómodas, cementadas o asfaltadas y limpias sin regueros merced al alcantarillado. En el siglo XIX se proyecta su nueva iglesia en Malpica: firma el indicado proyecto, Eugenio Antonio ALEMÁN. Debía tener una longitud de 510 x 400 mm. La fachada sería de gran seriedad, de acuerdo con el gusto neoclásico. Pero en el 1827, la parroquia estaba todavía aneja a la iglesia de San Martín de Pusa.
Malpica nació al cobijo de su fortaleza, el castillo, en los siglos XII o comienzos del XIII. Las casas de Malpica son todas de tierra, bajas, sencillas, sin tener ningún alto, los materiales los traen de fuera. Según las relaciones topográficas de Felipe II de 1576, dice sobre Malpica …. La mayoría de los vecinos son labradores, no hay hidalgos. Son pobres y viven de sus trabajos.
En Malpica el vecindario queda así a mediados del siglo XVI.- Malpica. 66 vecinos, incluidas las viudas.
La encuesta del año 1780-1788.- MALPICA: En esta villa solamente hay caminos de herradura. Cuenta con un mesón de tapiería, con algunas rafas de ladrillo, es construcción vieja. Sus cuadras tienen cuarenta y ocho pesebres. Carece de agua y para surtirse de ella han de recurrir a la del río Tajo. El mesón es solo de una planta con dos cuartos pequeños sin cama alguna, ni sillas ni cortinas, uno de ellos tiene una pequeña ventana. El dueño de todo era el señor feudal. El romántico escritor y aventurero francés Charles Davillier cuenta de su viaje por España que en el siglo XIX los viajeros tenían que llevar entre su equipaje mantas para poder dormir tirados en las habitaciones de los mesones o posadas. Os da idea de cómo eran de “confortables”. La casa cuenta con troje para cerrar el grano.
Hay una gran diferencia entre la humilde vivienda de Malpica de una sola planta, encalada de amarillo, y las confortables casas de Navalmoral de Pusa. En la relación de Madoz, de Malpica añade que «son de mediana construcción y algunas regulares».
A mediados del siglo XIX tiene Malpica seis calles anchas y una plaza, todo terrizo. Malpica tiene ciento cincuenta y tres edificios, de ellos nueve habitados temporalmente, diecinueve inhabitados y dieciséis viviendas esparcidas por el término.
Siglo XX.- Ambiente urbano. La calle y la vivienda en 1971. La plaza es el centro por excelencia de los caseríos. Por ejemplo, en una de las plazas de Malpica, en las horas tempranas puede verse, entre el humo y el olor del aceite, la borrosa figura del cohombrero (churrero). Sobre unos sacos vacíos, tendidos en el suelo, los rojos tomates y verdes pimientos de los hortelanos del vecino pueblo de Cebolla, al otro lado del Tajo. A pesar del regadío de Malpica, siguen llegando muy de mañana los borriquillos de Cebolla con los serones y aguaderas repletas de hortalizas, que venden en esta plaza sosegada, con el sonar pausado del agua de su fuente vertida por los caños de bronce. En esta plaza del Ayuntamiento concurren las principales calles anchas, rotuladas, abiertas a la llanura. Tiene dos plazas y cinco plazuelas. Las casas de Malpica son igualitarias, tienen una sola planta, de ventanas grandes, fachadas sencillas encaladas, pavimento de ladrillo o terrazo. Algunos pintan sus fachadas de amarillo. La puerta suele ser pequeña, de una hoja partida, con postigo por donde entra luz y ventilación al portal. Se suelen cubrir de teja vana. A veces la cocina y el portal constituyen una sola habitación. Muchas de ellas están habitadas por servidores campesinos del duque. En las casas más antiguas de Malpica los animales para llegar a la cuadra tenían que pasar por el portal, a veces por la cocina. Esto acabó con la llegada de la mecanización del campo. En 1971 las viviendas de Malpica estaban limitadas por la calle Concejo, a partir de ese año se han hecho todas las viviendas para dejar el límite exterior en la calle Dulcinea, calle Rafael Alberti y la avda. Príncipe.
Si tenéis más de 40 años podréis recordar cómo eran las casas de Malpica en la década de los 70. Cómo se fueron transformando de acuerdo a las necesidades de los habitantes para adaptarse a la modernidad de entonces; nuevas y modernas distribuciones, otro mobiliario interior más cómodo, aparatos electrodomésticos... Si en el medio rural la mecanización del campo supuso una revolución social, la de la vivienda modificó las costumbres domésticas.
-JIMÉNEZ DE GREGORIO, Fernando. El Señorío de Valdepusa, Editorial Publicaciones del I.P.I.E.T Toledo, año 2004.
EHdelaR 03 dic. 2020