LOS BAÑOS DEL “OTRO LADO”. MALPICA
Cuando el calor “aprieta” durante la estación veraniega, como viene ocurriendo desde que el mundo existe, los humanos buscan disfrutar de actividades recreativas o refrescarse en ríos, arroyos o cualquier cuerpo de agua natural en unas zonas habilitadas para baños. Estos lugares ofrecen una experiencia única y relajante en contacto con la naturaleza.
Recordaremos siempre con mucha nostalgia lo que hemos escrito y dicho, sobre todo, los que tuvimos la ocasión de disfrutar con los baños del rio Tajo al paso por nuestro pueblo, Malpica. Siempre mantendremos vivo el recuerdo de aquella costumbre tan veraniega de nuestra niñez vivida con tanta intensidad.
Las zonas determinadas de los baños debían ser conocidas y por tanto seguras a la hora de practicar los baños de Malpica donde se tenía en cuenta valorar la fuerza del agua, la profundidad de la misma y el conocimiento del fondo, y otra la más importante era saber nadar, aunque era raro ver a alguien que no lo supiera.
Debajo del puente sobre el Tajo a su paso por Malpica, existen escombros y restos de hierro del antiguo viaducto, era una de las zonas a evitar, así como la orilla izquierda que era lugar de fuertes corrientes, siendo el resto una zona llena de arenas arrastradas por el río de un lecho regular y sin socavones haciendo seguro el baño para todas las personas.
Lo más llamativo de la zona de baños en Malpica era el cuidado que se tenía del entorno natural de una gran alameda de olmos o álamos negros que daban sombra para protegerse del sol y servía de vestuario para los bañistas, donde se cuidaba tanto la flora como la fauna y no había restos de los que vemos hoy día en otros lugares que dejan todo tipo de basuras y materiales que contaminan todo el entorno natural. Los plásticos aparecieron a principios de la década de los 60 (siglo XX) y no les dimos importancia porque era muy poco, pero más tarde… El río arrastraba todo tipo de materiales flotantes; las ciudades no tenían depuradoras y comenzaron a contaminar el agua del río. Otro asunto que había que tener en cuenta era la climatología sobre todo cuando se daban las lluvias intensas o torrenciales ya que causaba crecidas repentinas y peligrosas en el río aparte que el agua venía turbia como el chocolate.
A la zona de baños, al estar tan cerca del pueblo, no era necesario llevar nada para comer como hacer una barbacoa, picnic… etc. La hora de la comida provocaba que dicha zona se quedara vacía, todos acudían a sus casas. Era la hora sagrada para los bañistas que con el desgaste físico necesitaban ingerir alimentos y “recargar pilas”.
Si tuviéramos la oportunidad de volver a tener un río en las mismas condiciones de los años 50 (siglo XX) deberíamos tener en cuenta lo mismo que si fuéramos actualmente a otros ríos de aguas limpias, sería cuestión de buscar la información local, antes de la visita, investigar sobre el área y buscar información actualizada. Preguntar a los lugareños o autoridades sobre las condiciones del agua, posibles riesgos y regulaciones específicas del lugar.
Recuerda que los baños fluviales son un tesoro natural y su disfrute responsable es clave para preservar estos espacios para el disfrute de todos. ¡Disfruta de la experiencia y respeta la naturaleza!
El lamento continuo en Malpica. Que gran pérdida supuso la contaminación del rio Tajo.
EHdelaR 24 julio 2023